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viernes, 2 de junio de 2017

Psoriasis y la importancia de estar hidratado.


Si hablamos de cuidar y nutrir nuestro cuerpo, el agua es el nutriente más importante. Es esencial e imprescindible para nuestra vida. Podemos sobrevivir semanas sin alimentos (si contamos con las reservas adecuadas), pero no más de dos días sin beber agua a riesgo de dañar seriamente nuestra salud.

El agua es el principal componente de nuestro cuerpo, representando, en general, el 60% del peso corporal de una persona adulta. Sudor, sangre, orina, lágrimas, saliva, heces, jugos digestivos… Todo nuestro organismo, cada célula, tejido y órgano precisan agua para funcionar correctamente. Tiene muchísimas funciones: desintoxica nuestro organismo, transporta nutrientes a cada una de nuestras 60 trillones de células, activa el metabolismo energético ayudando al descenso de peso, mejora el flujo de la sangre, activa la flora bacteriana benéfica y las enzimas, combate el estreñimiento y más.

No sólo es clave en verano, también lo es en invierno, cuando el abuso de la calefacción y la falta del estímulo de la sed a causa del frío nos lleva a deshidratarnos, resecando nuestras vías respiratorias y nuestra piel.

 

·         ¿Cómo saber cuándo estamos deshidratados?

Los síntomas de deshidratación incluyen escasa orina, sed, sequedad en la boca, mareos, fatiga, somnolencia, dolor de cabeza, confusión. La falta de agua incide directamente a la hora de sentirnos bien y pensar con claridad y lucidez. El agua aclara sobretodo nuestra mente y emociones, mejorando nuestro estado de ánimo y nuestra capacidad reflexiva.


·         Mente sana en cuerpo sano

Somos una unidad: en nuestro organismo todo está perfectamente conectado. La falta de descanso incide en nuestro estado de ánimo, una comida muy abundante en nuestra capacidad de concentración y vitalidad. A la inversa, una alimentación equilibrada y una correcta hidratación mejorarán sensiblemente nuestras capacidades físicas, emocionales e intelectuales, aumentando nuestro rendimiento profesional.
Concientizarnos sobre la importancia de su consumo es clave para contribuir con nuestros hábitos a mantener un equilibrio hídrico corporal, esto es, un balance adecuado entre el agua que perdemos y el agua que incorporamos.


·         ¿Cómo mantener este equilibrio?

Restringiendo el consumo de alimentos que, al contrario de aportar, demandan agua para su metabolización (panificados, galletas, embutidos, etc.) y de bebidas diuréticas (café, té, mate, alcohol), y aumentando el consumo de agua, frutas y vegetales.


·         ¿Qué podemos hacer para mantenernos hidratados en el trabajo?
·         Comenzar el día bebiendo un vaso de agua en ayunas.
·         Dejar una botella -de vidrio preferentemente- en el escritorio de trabajo y mantenerla recargada. Esto ayudará a beber agua por fuera de las comidas, aumentando la lucidez y evitando el picoteo de alimentos.
·         Consumir alimentos que aporten agua, como frutas y vegetales.
·         Limitar el consumo de bebidas industriales a ocasiones especiales.